Al hablar del abogado como profesión se pueden decir muchas cosas, pero al buscar la mejor oficina de abogados surgen otras, y esas las desvelaremos a continuación en este artículo.
La vida del abogado esta siempre expuesta a tentaciones y flaquezas, pues bajo el puente de esa profesión pasan todas las miserias, sin duda alguna por culpa de muchos del mismo gremio. Y gracias a ello frecuentemente terminan siendo objeto de críticas, sátiras y burlas.
Por ello una buena oficina de abogados cuida que sus abogados tengan una ética intachable. Pues, la dignidad del abogado puede apreciarse si se toma en cuenta que el valor de un acto humano se mide por la elevación del fin que persigue. El fin de la actividad del abogado es realizar la justicia por medio del derecho. El derecho persigue fines enlazados entre sí; la justicia, el orden, la seguridad, la libertad y la paz. El abogado debe ser no solo soldado de la justicia, sino también defensor de la libertad.
La justicia, por su parte es el valor dominante entre aquellos que el derecho aspira a realizar, por ello, los romanos definían la ciencia del derecho como el conocimiento de las cosas divinas y humanas, de lo justo y de lo injusto. La justicia es armonía de las partes del alma y de los componentes de la sociedad. El abogado por tanto, es el notario de la historia, el factor de cambio que debe hacer del derecho un instrumento útil para el regreso y desenvolvimiento de la humanidad.
Por ende, la justicia consiste en dar a cada quien lo suyo, en cambio la claridad consiste en estar dispuesto a dar de lo suyo a los demás. No es lícito nunca pretender dar por caridad, lo que se debe por justicia.
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